¿Qué son?
Las contracciones de Kegel ejercitan el músculo
pubococcígeo o suelo pélvico, un tendón que se extiende desde el hueso púbico
hasta el cóccix, y sostiene el útero, la vejiga y los intestinos. Este músculo
te ayuda a controlar el flujo de la orina y se contrae durante el orgasmo.
En el embarazo, los músculos del suelo pélvico se
relajan y deben soportar el creciente peso de tu panza. Además, con el paso de
los años y el estrés, el músculo pierde fuerza y elasticidad por presiones
causadas por estreñimiento frecuente, pujar con fuerza durante partos
anteriores, obesidad, levantar cargas muy pesadas, tos crónica, etc. Los
ejercicios de Kegel te ayudan a fortalecer tus músculos pélvicos y a
controlarlos de forma consciente. Beneficios:
î Te ayudan a controlar y prevenir la incontinencia urinaria, que como te darás cuenta, se convierte en
un reto conforme crece tu barriga. Y tambien para la impotencia sexual.
î Los ejercicios de Kegel también favorecen la circulación al área vaginal,
lo que de paso te ayuda a prevenir hemorroides (venas hinchadas en el ano).
î Facilitar la labor de parto. Además de fortalecer los músculos, los
ejercicios de Kegel te ayudan a tener mayor control sobre ellos. De esta forma
puedes pujar mejor y relajar los músculos en el momento indicado.
î Te ayudan a evitar una episiotomía (corte de tu piel) o desgarres en el
perineo (el área entre la vagina y el recto) durante el parto.
î En el posparto, los ejercicios de Kegel ayudan a la recuperación de
lesiones.
î Músculos vaginales más fuertes te beneficia durante las relaciones
sexuales.
¿Cómo se hacen?
Los ejercicios de Kegel requieren muy poco esfuerzo y
puedes hacerlos sin que nadie se entere. Intégralos a tu rutina diaria, cuando
te lavas los dientes, ves televisión o esperas en fila...
Pasos:
Ubica los músculos. Los músculos del piso pélvico son
internos. Cuando orinas y logras detener el flujo, estás usando los músculos
del piso pélvico (pero no hagas esto con frecuencia, pues podría llevar a
infecciones urinarias). Tu estómago y glúteos no deben contraerse, pues en ese
caso estás usando los músculos equivocados.
Vacía tu vejiga completamente antes de iniciar los
ejercicios de Kegel. De otra forma podrías causar infecciones de los riñones y
la vejiga.
Contrae los músculos por tres segundos, luego
relájalos por tres segundos más. Puedes imaginarte que intentas sostener algo
con tu vagina. Repite este ejercicio entre 10 y 15 veces por sesión. Intenta
hacerlos tres veces al día. Conforme ganes más práctica, puedes aumentar el
tiempo de contracción hasta diez segundos, las repeticiones hasta 20 cuentas y
hacerlos hasta cinco veces al día.
Si sigues tu rutina de ejercicios Kegel fielmente
puedes ver resultados en cuestión de unas semanas. Puedes notar su efecto
especialmente en una mejoría de la incontinencia urinaria.
Precaución
En el embarazo, la incontinencia urinaria puede ser el
resultado natural del peso de tu panza, o señal de otras complicaciones o
condiciones (como infección). Asegúrate de comentarle a tu médico sobre el
síntoma.
En el posparto
También debes hacer ejercicios de Kegel en el
posparto, para promover la recuperación de los tejidos, ayudarle a los músculos
esforzados durante el parto y recobrar el control urinario. Es más, no es mala
idea que continúes haciendo Kegels el resto de tu vida. En tu vejez, puede
prevenir incontinencia urinaria y anal, y el prolapso de órganos pélvicos.












